Mahafud Ali Beiba, presidente del parlamento saharaui | R. Q.
- El Parlamento lo integran 53 legisladores, todos del Frente Polisario
- 'A todo el mundo le conviene que este territorio esté estabilizado'
- 'El Gobierno de España parece haber asumido la postura de Marruecos'
Luce sahariana beige y barba canosa. Habla de forma sosegada, mirando a los ojos de su interlocutor. Es Mahafud Ali Beiba, presidente del Parlamento que legisla al pueblo saharaui. Un presidente cuanto menos atípico: su labor se extiende sobre un pueblo exiliado en el desierto que mantiene la mente en unos territorios bajo control marroquí y debe lidiar con necesidades mucho más mundanas, como la falta de alimentos.
Beiba cuenta que esta institución parlamentaria nació antes que el propio 'estado' saharaui, ese que ahora vive en el desierto argelino bajo el nombre de RASD (República Árabe Saharaui Democrática). Surgió en la época del colonialismo español, bajo el nombre de Asamblea General Provincial. Después llegó la invasión marroquí, mediante la llamada Marcha Verde, el exilio y los años de conflicto abierto. "Se impuso la ley de guerra y el Parlamento no pudo ejercer hasta el alto el fuego de 1991, cuando, a pesar de la situación, los saharauis decidieron poner en marcha su poder legislativo. Ahora el Parlamento cuenta con las mismas potestades que cualquier otro del mundo: legislar y controlar al Gobierno", afirma.
Lo integran 53 legisladores, 18 de ellos mujeres (lo que equivale a un 34%. Y se renueva cada tres o cuatro años, cuando se celebran elecciones en función de los Congresos del Frente Polisario, partido que dirige la vida de los saharauis. Todos los representantes pertenecen al Polisario, partido único en el Sáhara.
Beiba quiere evitar la sospecha: "En nuestra Constitución está plasmado que habrá más partidos, pero, dada la situación en la que estamos, acordamos permanecer todos unidos bajo el frente único del Polisario. Pero eso no quiere decir que haya una postura impuesta, cada uno defiende sus ideas".
Debate en el Consejo de Seguridad
Beiba ocupa el cargo desde 2003 y es el noveno presidente del Parlamento. Sus años de experiencia le ayudan a ponderar el estado de las negociaciones. Ahora mira con buenos ojos al nuevo enviado especial de la ONU, Christopher Ross.
"Cuando estuvo aquí, dijo que abrirá el debate de otra forma, que se hará una ronda de negociaciones con unos presupuestos más serios y reuniones limitadas entre las partes para poder preparar mejor una nueva propuesta", afirma.
"Hay esperanza para dar más tiempo a la vía política. Para el 14 de abril se espera el informe de Ross y habrá debate en el Consejo de Seguridad. También esperamos que se prolongue la misión de la Minurso —misión de paz de la ONU para el Sáhara Occidental—, que termina este mes de abril", añade.
Sin embargo, tiene claro que la solución al conflicto no pasa por la ONU, sino por la comunidad internacional. Y en concreto, por tres países: "EEUU, porque es el que reparte el bacalao; Francia, por ser zona de influencia, y España, por ser la potencia que colonizó el Sáhara. Si ellos se ponen en marcha, se encontrará una salida; si no, no", sentencia.
Decepción con España
Considera que, hasta ahora, EEUU se ha mantenido neutral, Francia alineado con Marruecos y España, "con altibajos". La de ahora es una etapa de "bajos". "En sus últimas declaraciones, Moratinos —ministro de Exteriores español— abogó por la solución marroquí y por el derecho de autodeterminación, lo que viene a ser como estar con el frío y con el calor. Estamos decepcionados, parece que España está más cerca de Marruecos", se lamenta. Y va más allá: "Creemos que España debe ser el promotor de la solución internacional, sobre todo aprovechando su futura presidencia de la UE en 2010".
A pesar de que las negociaciones llevan años paralizadas y de que las posturas se mantienen irreconciliables —Marruecos aboga por la autonomía y el Polisario por el derecho de autodeterminación—, Beiba se muestra optimista: "Estoy convencido de que esto avanza. A lo mejor no va a ser mi generación quien festeje la victoria, pero va a suceder. La autonomía en Marruecos debe ser resultado del ejercicio de autodeterminación. Si saliese que sí, ya se vería qué tipo de autonomía".
Y advierte: "Nosotros resistimos y las bases quieren pasar a la acción. A todo el mundo le conviene que la zona esté estabilizada. Un conflicto abierto aquí podría perjudicarles a todos".
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