A pie de pista en el aeropuerto de Casablanca. Allí fue detenido el apodado como el "Grupo de los Siete" tras viajar el año pasado desde El Aaiún, capital administrativa del Sahara Occidental, a los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Tres de ellos siguen todavía en una de las celdas de la cárcel de Sale, a pocos kilómetros de Rabat.
Se les acusó de traición a la patria y de atentar contra la seguridad del Estado. Y su caso quedó en manos de un tribunal militar que, según denunciaron organizaciones como Human Rights Watch (HRW), podría haberles condenado incluso a la pena capital.
Hace una semana, el tribunal militar que instruía el procedimiento se inhibió en el asunto y ahora serán juzgados por la vía penal ordinaria, que les procesará sólo por "atentado contra la seguridad del Estado", informa Djimi El Ghalia, vicepresidenta de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de los Derechos Humanos (Asvdh). Ya hay convocatoria para la vista oral, que se celebrará el próximo 15 de octubre, según esta asociación.
Brahim Dahane, presidente de la Asvdh; Ali Salem Tamek, vicepresidente de Codesa (Colectivo Saharaui de Defensa de los Derechos Humanos, la asociación que lidera Aminatu Haidar) y Ahmed Ennassiri, activista de la ciudad saharaui de Smara, son todos cabeza de las principales organizaciones de derechos humanos del Sahara Occidental y los tres del grupo que permanecen en prisión.
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